top of page
Foto del escritorTodo Salud

Patologías cardiovasculares: las grandes desconocidas

Texto: Nuria Casarramona, Marta Sánchez y Anna Vicente


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS):


Las enfermedades cardiovasculares son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Y se clasifican en:


  • Hipertensión arterial (presión alta)

  • Cardiopatía coronaria (infarto de miocardio)

  • Enfermedad cerebrovascular (apoplejía)

  • Enfermedad vascular periférica

  • Insuficiencia cardíaca

  • Cardiopatía reumática

  • Cardiopatía congénita

  • Miocardiopatías


Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la primera causa de muerte en nuestro país por delante del cáncer y de las enfermedades del sistema respiratorio. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden de los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística sobre las causas de defunción en nuestro país.


Estas enfermedades son la primera causa de muerte en España (el 30 % del total) por delante del cáncer, que supone un 27% y de las enfermedades respiratorias, un 11%. También representan la primera causa de muerte a nivel mundial con más de 17 millones de fallecimientos anuales, afectando más a mujeres – 54%– que a hombres – 46%, como indican datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, y se prevé que vayan en aumento, con lo que expertos y pacientes inciden en la prevención. Por género, en 2019 fallecieron 53.581 hombres por enfermedad cardiovascular, lo que supone una tasa del 26,58%, mientras que el porcentaje en las mujeres fue del 32,84%, con 63.812 mujeres, una cifra superior a los datos del cáncer (43.000).




Las ECV afectan en mayor medida a los países de ingresos bajos y medios: más del 80% de las defunciones por esta causa se dan en esos países. De hecho, según explica Cardio Alianza -entidad nacional que agrupa a asociaciones de pacientes- el 80 % de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares podría evitarse si se mantienen lejos el tabaco, la dieta poco saludable, la inactividad física y el consumo nocivo de alcoh

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año 2015 fallecieron 17,7 millones de personas en el mundo debido a alguna enfermedad cardiovascular, lo que representa un 31% de las muertes a nivel mundial. En la actualidad, según este organismo, se prevé que de aquí a 2030 se produzcan en el mundo 23,6 millones de defunciones, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.




Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte a nivel mundial con más de 17 millones de fallecimientos anuales

Para Cecilia Salvador, de la Asociación Española de Portadores de Válvulas Cardiacas y Anticoagulados (AEPOVAC), “es esencial que desde las instituciones sanitarias se proporcione información para poder concienciar de manera efectiva sobre este tipo de dolencias y que se pueda reducir, en la medida de lo posible, su impacto o gravedad” y añade que “es necesario garantizar que cada vez más personas conozcan la importancia de someterse a una revisión del corazón para detectar estas afecciones, algo que, en el caso de una valvulopatía cardíaca, puede hacerse con la simple utilización del fonendoscopio”.


El método más eficaz para luchar contra las enfermedades cardiovasculares es la prevención. Hay que tener en cuenta los factores de riesgo: índices altos de colesterol, diabetes, hipertensión, obesidad y sedentarismo, son aspectos esenciales a tener en cuenta para mantener nuestro corazón sano.

Desde AEPOVAC aconsejan mantener un estilo de vida saludable para prevenir las enfermedades cardiovasculares, mientras que, en el caso de las valvulopatías, la concienciación sobre la enfermedad y sus síntomas deben ser tenidos en cuenta ante la dificultad de su prevención.


¿Cuáles son los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares?




Sin duda, el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares está asociado con algunos comportamientos específicamente adversos a la salud. Según los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (en inglés, CDC), esos comportamientos son:


  • Uso de tabaco

El fumar cigarrillos causa que se forme una placa en las paredes interiores de las arterias. Es un importante factor de riesgo y los fumadores tienen dos veces más probabilidades de desarrollar las enfermedades cardiovasculares en comparación a quienes no fuman.


  • La falta de actividad física

Los individuos que no hacen suficiente actividad física también tienen dos veces más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares en comparación a quienes se mantienen físicamente activos. La inactividad física también te puede predisponer a la obesidad y a la diabetes, ambas también pueden provocar enfermedades cardiovasculares.


  • Hábitos de alimentación

Los individuos que tienen sobrepeso corren mayor riesgo de tener el colesterol elevado, de desarrollar hipertensión y otras condiciones crónicas cardiovasculares que aquellas personas que mantienen un peso saludable. Se calcula que solamente el 18% de las mujeres y el 20% de los hombres consumen las cinco porciones recomendadas de frutas y verduras por día.


  • Estrés y otros factores psicosociales

Científicamente no se puede determinar si el estrés es un factor de riesgo por sí mismo o si son los hábitos a los que nos lleva el estrés. Pero también cabe la posibilidad de que sea un mecanismo independiente de los factores de riesgo que conocemos, ya que del estrés deriva la ansiedad y hasta la depresión u otros problemas de salud mental que pueden llegar a relacionarse directamente con las enfermedades cardiovasculares.


  • Antecedentes familiares

Los hijos/as de padres con cardiopatía isquémica, sobre todo si ha sido prematura (hombres antes de los 65 años, mujeres antes de los 55 años) o con hipertensión arterial tienen mayor probabilidad de desarrollarla. Existen también formas de colesterol muy elevado (por encima de los 350 mg/dl) llamadas hipercolesterolemia familiar, que son debidas a trastornos hereditarios y que conllevan un riesgo muy elevado.


  • Colesterol elevado

Es uno de los factores de riesgo más importantes, a más colesterol, más riesgo de sufrir una cardiopatía. El nivel de colesterol de una persona depende de la edad, el sexo, la herencia y la alimentación, y va aumentando con la edad sobre todo a partir de la pubertad, hasta sitúarse a los 40 años, alrededor de los 210-220 mg/dl, dependiendo del entorno cultural.


  • Diabetes

Alrededor de dos tercios de las personas diabéticas mueren de alguna enfermedad cardiovascular. Las mujeres con diabetes tienen entre 3 y 5 veces más riesgo de tener enfermedades cardíacas e ictus que las no diabéticas. La diabetes es un factor de riesgo y una enfermedad poderosa que anula la protección cardiovascular de las mujeres premenopáusicas, frente a los hombres, aún cuando los niveles de glucemia estén bajo control.


  • Obesidad

El peso corporal aumenta con la edad en ambos sexos, pero el ritmo de aumento es más acelerado en mujeres que en hombres. El aumento de peso se localiza mayoritariamente en el abdomen, y puede aumentar el riesgo cardiovascular, sobre todo en mujeres post-menopaúsicas, que de por sí sufren aumentos de la presión arterial, colesterol y niveles de glucemia.


  • Hipertensión arterial

La presión arterial alta provoca que el corazón deba esforzarse más, acelera el endurecimiento de las arterias y aumenta el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio, un ictus, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal.


Según el INE, las mujeres mueren casi el doble que los hombres por insuficiencia cardíaca. En 2017 fallecieron 12.201 mujeres frente a 6.964 hombres

Las enfermedades cardiovasculares en mujeres: falta de información


Muchas personas creen que los signos de alerta de un ataque cardíaco son repentinos, como los ataques cardíacos de las películas, donde alguien se agarra el pecho y cae. Los síntomas de un ataque cardíaco pueden ser muy diferentes en el hombre que en la mujer, y según datos del INE, en España mueren más mujeres que hombres por ECV. Las mujeres son más propensas que los hombres a tener síntomas no tradicionales de un ataque cardíaco.

Hay un porcentaje de mujeres, cercano al 40-45%, que, en lugar de este dolor característico irradiado al brazo izquierdo, o irradiado al esternón, ese dolor se manifiesta en la espalda entre las dos escápulas, en la mandíbula o en las muñecas.


Los síntomas de ataque cardíaco en las mujeres pueden ser diferentes de los que presentan los hombres y suelen ser desconocidos por el gran público. Cómo podrían no sentir el típico dolor en la mitad izquierda del pecho, muchas mujeres pasan por alto los síntomas que indican que están sufriendo un ataque al corazón. Además, las mujeres suelen experimentar ataques cardíacos silenciosos.


El síntoma de infarto más común entre las mujeres es el dolor de pecho o malestar. La diferencia es que, en el caso de las mujeres, existe mayor tendencia a experimentar otros de los síntomas comunes, en particular falta de aire, náuseas, vómitos y dolor de espalda o mandíbula. Además, en la mayor parte de las ocasiones, no presenta todos los síntomas, sino una combinación variable de algunos de ellos. Habitualmente se presenta dolor tipo presión en la zona del esternón, que no se modifica con los movimientos ni con la respiración, que puede aparecer y luego volver, y que, en ocasiones, irradia hacia mandíbula, cuello y espalda, brazo izquierdo y, a veces, hacia brazo derecho.


Además, los ataques cardíacos son, en general, más graves en las mujeres que en los hombres. En el primer año después de un ataque cardíaco, las mujeres tienen una probabilidad un 50% mayor de morir que los hombres. En los primeros seis años después de un ataque cardíaco, las mujeres tienen una probabilidad casi dos veces mayor de sufrir un segundo ataque.


Los factores de riesgo cardiovascular exclusivos de la mujer:


  • Anticonceptivos orales

Las píldoras anticonceptivas aumentan ligeramente el riesgo de infarto de miocardio en las mujeres antes de la menopausia, especialmente por encima de los 35 años de edad. Pero aún aumenta más el riesgo si la mujer es fumadora, diabética o hipertensa.


  • Estrógenos endógenos

El hecho de que existan muchos menos casos de enfermedad coronaria en las mujeres, se cree que es por los niveles de las hormonas femeninas (estrógenos), que confieren una protección especial al sistema circulatorio. Pero esta ventaja va desapareciendo paulatinamente después de la menopausia, ya que disminuye el nivel de estrógenos, y el riesgo cardiovascular aumenta.


  • Ovarios poliquísticos

Esta enfermedad producida por un exceso de hormonas, representa un riesgo cardiovascular elevado ya que se asocia a la obesidad y a la resistencia a la insulina y diabetes.


¿Qué es la prevención cardiovascular?


La prevención de la ECV consiste en un conjunto de acciones coordinadas dirigidas a la población o a la persona con el fin de eliminar o minimizar el impacto de la ECV y las discapacidades asociadas.


Es importante ser conscientes de los hábitos de vida que llevamos, suframos o no una ECV. No solo debemos centrarnos en mejorar el estilo de vida y reducir el nivel de los factores de riesgo de los pacientes que ya sufren ECV y aquellos en riesgo creciente de presentar alguna, sino que se debe animar a las personas sanas de todas las edades a adoptar hábitos de vida saludables.


Según un estudio realizado por el National Institute for Health and Care Excellence (NICE), de Gran Bretaña, la prevención es eficaz si se practica correctamente. La eliminación de conductas de riesgo podría evitar hasta un 80% de la ECV y un 40% de los cánceres. Por eso la importancia de las medidas preventivas aplicadas a toda la población, además de estrategias de prevención individuales para personas de alto riesgo o con una ECV ya diagnosticada.


En 2016 un grupo de expertos elaboran las Guías Europeas sobre prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica. En la guía se establecen unos puntos de corte arbitrarios para definir el riesgo cardiovascular (RCV), que puede ser: bajo / moderado / alto / muy alto.


Si se detecta el riesgo individual y se establece la gravedad, se pueden tomar de decisiones clínicas a nivel individual siendo consecuentes. El primer RCV que se debe identificar es el de personas que estén expuestas a un riesgo mayor por antecedentes familiares de ECV prematura, pacientes que presenten un factor de riesgo importante como la exposición al tabaco, diabetes, valores de presión arterial o lipídicos elevados. Lo mejor sería repetir el proceso al menos cada 5 años.


Los grupos más relevantes que presentan riesgos de enfermedad cardiovascular se han clasificado de la siguiente manera:


  • Sujetos menores de 50 años: Es quizá el grupo que, en general, está menos expuesto, aún así algunos sujetos pueden presentar un RCV alto. Debemos identificar aquellos con historia familiar de ECV prematura, y aquellos que presentan unos niveles de colesterol altos.

  • Ancianos: Cuando hablamos de ECV, la edad de por sí ya es un riesgo, pero los tratamientos que tenemos al alcance consiguen alargar la vida. Si estudiamos la esperanza de vida de aquellos pacientes con ECV, teniendo en cuenta la calidad de vida que se gana con los tratamientos e intervenciones, podremos conocer los efectos adversos.

  • Mujeres: Debe tenerse en cuenta que la presión alta y la hipertensión arterial están presentes en el embarazo y se asocian a un mayor riesgo de ECV en el futuro.



19 visualizaciones

Comments


bottom of page